H i s t o r i a

Hitos

M á s d e 6 g e n e r a c i o n e s d e h i s t o r i a

1842

Renteros de los Ábalos

Familia humilde que vive de cultivar los viñedos y gestionar la bodega de una familia adinerada de la villa.

1949

Bodega propia

Luis Quintana (4ª generación) hereda y pone en marcha la que será su bodega. Sus hermanos pequeños, Jesús e Hilario harán lo propio en las años siguientes.

1960

Éxodo rural

Ricardo (3ª generación) y sus 9 hijos empiezan a comprar las fincas que otrora llevaban a renta de la familia de Don Paulino Ábalos.

1964

Fundación de la Cooperativa

Se opta en exclusiva por la viticultura y se abandona la elaboración de vino.

2015

Retomando los orígenes

La sexta generación de los Quintana, Alain, elabora su primer vino, como lo hicieron muchos otros antes que él.

2020

"¿Refundación?"

Se afianza el proyecto vitivinícola y se retoma la tradición elaboradora.

En la fundación de la muy noble y muy leal villa de Labastida, allá por el año 1224, el apellido Quintana ya estaba presente, observando el nacimiento de lo que seria su hogar, su pueblo. Familia de minuciosos vitivinicultores que aman y respetan el viñedo fueron legando de generación en generación su buen saber hacer como elaboradores, pero sobre todo como viticultores.

Los testimonios mas antiguos se remontan al 1842, con el nacimiento de Don Casto Quintana, padre de Ricardo Quintana García (1868-1945) y abuelo de Ricardo Quintana Pérez (1894-1971). Todos ellos fueron renteros de una familia noble y adinerada de la villa de Labastida, los Ábalos, y se encargaban del cultivo de sus fincas, sus viñedos, su ganado y su bodega. Era en esta ultima donde cada generación con esmero y cariño elaborada su propio vino proveniente de sus viñedos, así como también el de su arrendador Don Paulino Ábalos Bustamante.

Con el avance de los años, los tiempos fueron cambiando, y se produjo un éxodo rural a nivel nacional, del que Labastida no estuvo exento. Esto afecto positivamente a la hacienda familiar, ya que los herederos de Don Paulino emigraron a las altas esferas de Madrid. En el año 1960, con la finalización del servicio militar de Jesús Quintana, séptimo hijo de Ricardo Quintana Pérez y el más joven de los hijos que se dedicaban a la labranza, los hermanos, con Hilario a la cabeza, decidieron proponerles a los herederos de Don Paulino la adquisición de gran parte de la Hacienda familiar de los Ábalos, que desde hace tanto tiempo los Quintana trabajaban en un afán de crecer y prosperar.

Aquel día, en un acto de buena fe y caballerosidad, los allí presentes escucharon, proveniente de los labios y de lo más profundo del corazón del hijo mayor de Don Paulino, lo que aun hoy se repite a menudo en los hogares de los Quintana; “Ricardo, por mucho que me pene vender, la tierra es para el que la trabaja”. Por tanto, aquella Hacienda fue ofrecida en primicia a Ricardo y sus 9 hijos, los que muy gustosamente las adquirieron haciendo un gran esfuerzo, agradeciendo de corazón el gesto tan importante que tuvo esta familia, con la nuestra.

Fue con Luis Quintana (1924-1999) el mayor de 9 hermanos, con quien empezó la elaboración de vino en una bodega propia, situada en el histórico barrio El Otero de Labastida, del siglo XVI. La recibió en forma de herencia de Don Ángel García, padre de su esposa Josefina en el año 1949. Aquí se elaboraron los vinos de la familia hasta que, en el año 1964, con la fundación de la cooperativa de Labastida, se abandona por completo la elaboración y se centra exclusivamente en la viticultura.

La siguiente generación, la de los hermanos José Ángel (1951) y Ricardo Quintana García (1960), no fue elaboradora, pero si viticultora, tenían tras de sí una larga estirpe de viticultores que les habían legado sus conocimientos, he hicieron lo propio con la siguiente generación, Alain (1997), al que le trasladaron todo lo que sabían del cultivo de la vid, el mimo, la pasión y el cariño a su tierra.

Somos lo que fueron, por que fueron lo que somos.